Cuando hablamos de fondos europeos Next Generation EU, nos referimos a un instrumento de la Unión Europea para acelerar una recuperación económica y social que sea verde, digital e inclusiva. En España, el corazón operativo es el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), que se implementa a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). A su lado, REACT-EU ha reforzado fondos estructurales para medidas de respuesta rápida y apoyo a servicios esenciales.

Bajando a tierra: el PRTR traduce prioridades europeas (transición ecológica, digitalización, cohesión social e igualdad) en convocatorias y grandes proyectos tractores —los PERTE— que movilizan alianzas público-privadas. Si estás en un ayuntamiento, una pyme o una entidad del tercer sector, las oportunidades llegan en forma de bases reguladoras, órdenes de ayuda, licitaciones y manifestaciones de interés que anticipan líneas futuras.

En nuestro trabajo diario, nos hemos dado cuenta de que el mayor dolor no es entender la “foto general”, sino conocer el itinerario práctico: dónde mirar, cómo saber si encaja y qué preparar para estar listos antes de que abra la ventanilla.

 

Cómo encontrar la convocatoria adecuada

Antes de escribir una sola línea de proyecto, toca rastrear. Nuestro flujo de vigilancia funciona así:

  1. Vigilancia oficial y territorial. Partimos de portales oficiales y boletines (estatales, autonómicos y provinciales). Allí localizamos convocatorias del PRTR y otras financiadas por fondos europeos Next Generation EU. Para entidades locales, es clave vigilar asociaciones municipalistas y portales sectoriales.
  2. Palabras clave y códigos CPV. Usamos combinaciones de términos (rehabilitación energética, economía circular, inclusión digital, movilidad sostenible) y códigos CPV cuando se trata de licitaciones. Esto reduce ruido y acelera la criba.
  3. Alertas y calendario. Centralizamos alertas en un tablero: fecha de publicación, plazo de presentación, organismo convocante, beneficiarios, intensidad de ayuda, requisitos de DNSH y exigencias de justificación. Hemos visto que un buen calendario evita el clásico “llegamos tarde por una semana”.
  4. Pre-encaje rápido. Aplicamos un checklist express: beneficiario elegible, objeto del proyecto alineado, presupuesto mínimo, cofinanciación disponible, criterios de elegibilidad y criterios de valoración. Si 3 o más ítems no encajan, aparcamos y seguimos buscando.

En nuestro caso, este proceso nos ha permitido priorizar oportunidades realistas y no dispersarnos en convocatorias que, por muy atractivas que parezcan, no puntúan con nuestro perfil o el de nuestros clientes.

 

Elegibilidad sin sustos: criterios, documentación y calendario realista

La mayoría de ayudas financiadas con fondos europeos Next Generation comparten patrones:

  • Beneficiarios definidos (ayuntamientos, consorcios públicos, pymes, entidades sin ánimo de lucro).
  • Objeto muy concreto (p. ej., eficiencia energética en edificios municipales, itinerarios de inclusión social, digitalización de pymes, capacitación).
  • Criterios de elegibilidad claros: cumplimiento del principio DNSH (“no causar daño significativo” al medio ambiente), ausencia de doble financiación, capacidad técnica-financiera y trazabilidad del gasto.
  • Criterios de valoración: impacto, madurez, alineamiento con estrategias (climática, digital, igualdad), calidad del plan de trabajo e indicadores.

La documentación típica incluye memoria técnica, cronograma, presupuesto pormenorizado, plan de igualdad (si aplica), plan de comunicación y compromisos de gobernanza. Recomendamos preparar plantillas maestras reutilizables y un calendario realista con márgenes para subsanaciones. En proyectos que hemos acompañado, ese “colchón” de una semana extra ha marcado la diferencia entre cumplir o fallar una subsanación de justificación.

 

Cómo redactar una propuesta ganadora según nuestra metodología

Aquí es donde solemos marcar la diferencia. Nuestra metodología —afinada tras cientos de proyectos— se apoya en indicadores de impacto y mejora continua:

  1. Árbol de problemas y objetivos. Partimos de datos locales y evidencias. Por ejemplo, cuando trabajamos con un municipio mediano en rehabilitación energética, mapeamos consumos, pobreza energética y potencial de reducción de emisiones. El objetivo deja de ser “genérico” y pasa a ser medible.
  2. Teoría del cambio y KPIs. Concretamos resultados esperados (outputs) y cambios deseados (outcomes), atados a indicadores: toneladas de CO₂ evitadas, hogares atendidos, personas formadas, porcentaje de pymes digitalizadas, etc.
  3. Paquetes de trabajo y entregables. Dividimos la ejecución en work packages con entregables verificables (auditorías energéticas, pilotos, formaciones, herramientas digitales) y hitos de control de calidad.
  4. Presupuesto por actividades. Desglosamos costes elegibles (personal, equipos, subcontratación, comunicación, auditoría) y su trazabilidad. En propuestas que coordinamos, detallamos la relación coste-impacto para facilitar la evaluación.
  5. Gestión de riesgos y mitigación. Identificamos riesgos operativos (retrasos de suministro, permisos), financieros (cofinanciación) y de cumplimiento (DNSH, igualdad, accesibilidad) con medidas concretas.

Cuando presentamos propuestas así, evitamos el típico “catálogo de buenas intenciones” y ofrecemos un plan con impacto verificable, que es lo que evalúan los equipos técnicos.

 

Consorcios que suman: roles, gobernanza y reparto presupuestario

Si la convocatoria lo permite o lo exige, un buen consorcio eleva puntuación. Nuestra experiencia: los consorcios ganadores son compactos y complementarios. Cómo los diseñamos:

  • Rol claro por socio. Evitamos solapes y definimos un RACI (responsable, aprobador, consultado, informado) por paquete de trabajo.
  • Gobernanza sencilla. Comité de dirección, coordinación técnica y gestión financiera con reuniones periódicas y actas.
  • Acuerdo de consorcio. Reparto de propiedad intelectual, reglas de modificación, resolución de conflictos y plan de datos.
  • Reparto presupuestario proporcional a entregables. Si un socio es clave en una tarea crítica, su peso presupuestario debe reflejarlo. Nos ha pasado que “ajustes políticos” de última hora complican la ejecución; por eso dejamos el reparto atado al plan técnico desde el inicio.

 

Gestión, seguimiento e indicadores de impacto

La ejecución es donde se gana o se pierde una ayuda. Nuestro enfoque:

  • Kickoff con plan de compliance: revisamos DNSH, compras verdes, cláusulas de igualdad y accesibilidad, y reglas de visibilidad.
  • Cuadro de mando con indicadores y línea base. Medimos desde el mes 1 y documentamos evidencias (listados de asistentes, informes de auditoría, fotografías geolocalizadas, capturas de herramientas).
  • Control de calidad y verificación. Implementamos revisiones internas por entregable y auditorías cruzadas.
  • Comunicación y visibilidad: piezas web, cartelería, RRSS, notas de prensa y eventos, siempre con las pautas de la financiación. En proyectos sociales, un buen plan de comunicación multiplica el alcance y visibiliza el impacto real.

En varios proyectos con entidades locales, la combinación de seguimiento mensual y “mini-auditorías” trimestrales nos ha permitido detectar desviaciones a tiempo y ajustar actividades sin comprometer hitos.

 

Justificación y reporting: qué te pedirán y cómo prepararlo desde el día 1

La justificación no empieza al final; empieza cuando diseñas el proyecto. Lo que hacemos:

  • Matriz de evidencias. Para cada indicador y coste, definimos qué documento lo respalda (facturas, contratos, partes de trabajo, informes técnicos, actas).
  • Trazabilidad económica. Cuentas específicas, asientos identificables, y relación inequívoca entre pago, entrega y actividad.
  • Control de cambios. Si hay una modificación (reprogramación, baja de un entregable), la pedimos por escrito con antelación, justificamos y guardamos toda la cadena de aprobaciones.
  • Cierre impecable. Entregamos memorias técnicas claras, anexos organizados y cuadros de indicadores que muestren logro de objetivos. Hemos visto que un índice lógico en la memoria ahorra horas a quien revisa… y te las ahorra a ti en subsanaciones.

 

Casos y aprendizajes desde el terreno (municipios y organizaciones sociales)

Sin entrar en datos confidenciales, compartimos aprendizajes que repetimos a menudo:

  • Rehabilitación energética municipal. Funciona combinar diagnóstico energético, intervención en edificios de alto consumo y capacitación del personal municipal. A nivel de indicadores, medimos antes-después con datos de consumo reales.
  • Economía circular local. Los proyectos ganadores aterrizan en cadenas de valor concretas (textil, biorresiduos, construcción) y priorizan pilotos replicables.
  • Brecha digital e inclusión. Cuando trabajamos con entidades sociales, la clave es demostrar que la formación no solo se imparte, sino que habilita inserción o autonomía digital medible a 6-12 meses.
  • Gobernanza participativa. En iniciativas de participación ciudadana, abrir espacios de co-diseño desde el inicio mejora la legitimidad y la puntuación en impacto.

 

Alternativas y combinaciones: Erasmus+, CERV, Interreg, Horizonte – cascade, AMIF

No todo cabe en el MRR. Muchas ideas brillan más en otros programas europeos que acompañamos:

  • Erasmus+: educación, juventud y deporte; excelente para capacitación, movilidad y alianzas a pequeña escala.
  • CERV: ciudadanía, igualdad y valores; idóneo para proyectos de participación, antidiscriminación e infancia.
  • Interreg: cooperación territorial; perfecto si tienes socios de regiones vecinas y un reto compartido (p. ej., gestión de residuos costeros).
  • Horizonte – cascade funding: financiación en cascada para pruebas de innovación; ágil y con convocatorias temáticas.
  • AMIF: asilo, migración e integración; enfoque en integración local y servicios de apoyo.

A veces combinamos una inversión física impulsada por fondos europeos Next Generation con un proyecto de Erasmus+ para formación del personal, o con CERV para reforzar igualdad y participación. La clave es que no haya doble financiación y que cada programa cubra un componente distinto.

 

FAQ Next Generation EU: dudas rápidas y enlaces útiles

¿Qué son los PERTE y cómo encajo?

Son proyectos tractores con fuerte efecto arrastre en sectores estratégicos. Puedes participar como empresa, entidad local o socio tecnológico si la convocatoria lo prevé y tu aportación es clara.

¿Qué significa DNSH y cómo lo demuestro?

Es el principio de no causar daño significativo al medio ambiente. Se demuestra con memorias técnicas, análisis de impactos y cláusulas verdes en compras y ejecución.

¿Puedo subcontratar?

Sí, según bases. Define criterios transparentes, justifica necesidad y respeta umbrales de contratación pública cuando aplique.

¿Cómo evito la doble financiación?

Traza cada gasto a una única fuente, usa cuentas diferenciadas y declara incompatibilidades en la memoria económica.

¿Qué hago si mi proyecto no encaja en el PRTR?

Explora Erasmus+, CERV, Interreg, AMIF o Horizonte – cascade. En nuestra experiencia, muchas iniciativas sociales y de gobernanza encuentran mejor encaje ahí.

 

Nuestra propuesta para acelerar tu proyecto

Acceder a fondos europeos Next Generation EU no va de perseguir todas las convocatorias, sino de alinear necesidades reales con oportunidades concretas, contar con un diseño sólido y ejecutar con disciplina. En Sequoia Pro, nos gusta decir que “la propuesta ganadora se escribe con el plan de justificación en la mano”. Cuando aplicamos esta lógica, desde la elegibilidad hasta los indicadores, reducimos riesgos, maximizamos puntuación y, sobre todo, aseguramos impacto positivo, medible y sostenible en la ciudadanía y su entorno.

Si quieres, podemos convertir esta guía en un plan específico para tu entidad: mapa de oportunidades, pre-encaje, calendario y plantillas. Lo hacemos a menudo con ayuntamientos y organizaciones sociales, y la diferencia se nota en la tasa de éxito.

¡Contacta con nosotros, estaremos encantados de poder ayudarte!

 

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